Este, mi trabajo, no es más que una humilde mirada al caleidoscopio enrevesado que es la maternidad.Esta dedicado especialmente a mi amado esposo, compañero de vida, amigo y socio en este lío de ser madre imperfecta. A mis hijos, mis dos trabajos en proceso los mejores logrados a mi juicio,responsables de esta maternidad imperfecta y todos sus devenires. Finalmente dedico estas crónicas a mis lectores que saben que esta es una pieza en construcción, como toda buena madre imperfecta que se respete....

25 de agosto de 2011

Tipos de PPI (Poderosos Padres Imperfectos).


Como era de esperarse los Poderosos Padre Imperfectos no podían salvarse de tener también sus clasificaciones, es absolutamente obvio que en el caso de las madres imperfectas la clasificación obedece a la tipología de las frustraciones, sin embargo este no es el caso ( o no del todo) de nuestros PPI.

He aquí pues nuestros cuatro tipos de Poderoso Padre Imperfecto y quizás mas adelante conversemos un poco de los posibles “perfect macht” con las tipologías de Madres Imperfectas y los resultados para los hijos.

1) El fotógrafo compulsivo (Micorfilmus poderosus): Es aquel padre imperfecto de que cree que su misión en la vida es registrar cualquier momento de sus hijos, en su proceso de crecimiento, aprendizaje y otros menesteres, sin importar los métodos o situaciones. Haciendo lo anterior en cualquier tipo de soporte fotográfico. Su lema: “este es un momento que no se puede perder, espérate déjame buscar la cámara”. Cómo reconocerlo: Es aquel padre que tiene al menos una cámara digital, una filmadora, una cámara que capta movimiento, se ha comprado al menos dos ediciones del Photoshop, la impresora con calidad de impresión fotográfica y una resma de papel fotográfico porque mandar a imprimir las fotos sale extremadamente caro y con lo que se ahorre se puede comprar la camarita nueva que tome fotos bajo el agua. Es al que oyes diciendo: “mi amor no lo vayas a mover déjame bajar rapidito al carro a buscar la cámara que se quedo en el asiento de atrás”, y el pobre nene haciendo sus primeros intentos de caminata llorando aterrado parado haciendo equilibrio en la alfombra de la sala. “Pero si salio lind@” refiriéndose a la foto de su bebe sentado en la bacinilla jugando con el contenido de la misma.  “Mi amor, pero es una foto espontánea que importa, además saliste bella”, esto lo dice mientras imprime en tamaño carta una foto, que va directo a la sala en portarretratos y todo, en la que sales con rollos una mascarilla de pepino y dándole de mamar al bebe.

2) El turista ( Expedisionistus Poderosus): Aclaratoria: Este es un caso contra natura ya que por definición los Poderosos Padres Imperfectos son súper responsables y se involucran al 100% con todos los menesteres referidos a sus hijos, pero hay excepciones que siempre confirman las reglas, hasta donde sé esta es una de ellas. Esta tipología de Padre Imperfecto (aún no se si califica como Poderoso) se caracteriza por varias cosas, aunque es un excelente proveedor no recuerda las cosas mas básicas referidas a sus hijos, no se involucra mucho en lo relativo a los estudios o juegos, y aunque en líneas generales es un padre afectuoso no se sabe si por timidez, o sencillamente por prejuicios se mantiene como al margen de la crianza de sus retoños. El comediante colombiano Andrés López Forero en su monologo LA PELOTA DE LETRAS” habla de los papás Desmemoriados Genéticos, me parece que es una subdivisión de estos o al revés. Sirva como referencia. Su lema: “Vaya y dígale a su mamá”  Cómo reconocerlo: Es aquel que se pasea por el supermercado viendo las cosas del pasillo de bebes como si fueran inventos extraterrestres, al que si se le pide que cambie un pañal o de un tetero pareciera que se le esta mandando a buscar la muerte, y si se le pide que le saque los gases al bebe o lo saque a pasear para que tome el sol es como si se estuviera insultando gravemente. Es al que oyes diciendo: “¿Que edad es que tiene el niñ@?”, “¿Cómo es que se llama la medicina que me mando a comprar el doctor para los cólicos del niñ@?” “¿Qué marca de pañales es que se le compra?, ah si es verdad ya dejo el pañal,”¿Cuál es que es la marca de leche que se da al niñ@?”. “¿Que quieres jugar que?, ¿play que? yo no sé como es que se prende esta  vaina, vaya y dígale a su mamá, que para eso fue que se lo compré”. “¿Tarea de qué?, ya va déjame ver que cuando yo estudie esto no era así… No que va mejor esperamos que llegue tu mamá y que ella te ayude”

3) El niño grande (Aniñadus Poderosus):. Este PPI es uno de los mas comunes, es aquel padre que quiere revivir lo mejor de su infancia junto a su pequeño, no es que tenga el niño interno a flor de piel es que el exterioriza de maneras exageradas esa niñez interna, por tanto la Madre Imperfecta termina criando no solo el suyo sino que acaba por criar nuevamente al esposo, ya que sencillamente en vez de uno tiene dos niños en casa. He notado también que esta conducta se potencia si el retoño en cuestión es varón, aunque he visto Aniñadus Poderosus jugando al té, la casita, las muñecas y demás babeados con sus bebitas. Su lema: “Ay mira este carrito no lo tenemos”, “La semana que viene estrenan Los Pitufos y Cars 2 en 3D, no podemos dejar de verlas, ya voy a reservar con la tarjeta de crédito”. Cómo reconocerlo: Es ese papá imperfecto que quiere que su hij@ tenga la niñez que según el jamás tuvo, compra juguetes con cualquier pretexto, lo conocen por nombre en al menos tres jugueterías, sabe cuales son las colecciones de juguetes que están poniendo en Mac Donalds, vive en el cine, en el parque y de paseo con sus hijos para estrenar los aviones, carritos a control, pelotas, guantes, bates y carritos a batería que les (se) compra, es el que prefiere mil veces ir a un parque de atracciones que al museo, porque para aprender ya tendrán la escuela y además detesta que les regalen juguetes educativos a sus chamos. Es al que oyes diciendo: “Antes de salir a comer en Mac Donald´s vamos a llamar a la juguetería a ver si José tiene los modelos nuevos de la colección Hot Wheels que me dijo la semana pasada que le llegaban”, “Mira esta maravilla que le compre a los niños, yo tuve uno parecido pero este es mil veces mejor, cómo no fue uno un muchacho con un papá como uno ¿verdad?. “Los muchachos le pidieron al niño Jesús un Wii, pero su mamá y su papá que les regalen los accesorios, ¿verdad? sobre todo el volantito porque hay unos juegos de carros buenísimos para ellos”, ¿Cómo que ya es la hora de dormir, déjalos que jueguen un ratico mas con el PS2, que además les estoy dando una paliza en Gran Turismo”.

5) El exigente consentidor (Demandantus Amorosus Poderosus): Este es el papá que no solo se sienta con sus bebes a leer cuentos, sino que les incentiva a leer por su cuenta, que se sienta a jugar con ellos pero los enseña a ordenar los juguetes luego de finalizado el juego, el que revisa las tareas y les explica que es mejor hacer las cosas bien desde el principio pues repetir hasta obtener el resultado deseado siempre es mas trabajoso, celebra los triunfos de sus hijos, es su fan número uno y le parece que sus hijos serán mil veces mejor que el cuando sean mayores. Es el papá que siempre recuerda que es ejemplo de sus hijos y que les exige y se exige lo mejor a cada momento sin dejar por un instante de apoyarlos y hacerlos sentir amados, es ese papá que les enseña que las cosas hay que ganárselas, que uno no se merece todo en la vida y que sencillamente hay que prepararse para el futuro con tesón con ahínco, disciplina y estudio sin dejar de lado la diversión o el afecto. Sin embargo este papá no es todo perfección ya que de muchacho fue desordenado, mal estudiante y flojo, cosa que la dulce abuelita paterna, (Una de nuestras posibles expertas en cosas que nadie preguntó), se encarga de recordarle cuando siente que se le va la mano en las exigencias. Este tipo de PPI aprendió en carne propia todas las cosas que les pregona a su prole y pretende sencillamente allanarles el camino que para el fue de tropiezos y trabajo. Su lema: “el flojo trabaja doble”, “Como yo no les voy a dejar bienes de fortuna cuando me muera solo les dejare sus estudios que serán mas que suficiente para que ustedes se den la vida que quieran”, “Realmente lo único que yo voy a dejar el día que muera es dejar de existir”.  Cómo reconocerlo: Es el padre que constantemente esta aleccionando a sus hijos, que les dice que si las boletas llegan con buenas notas los llevará de paseo o les comprará el juguete que desean, es el papá que trabaja sin parar para darles el ejemplo de que sólo con trabajo y esfuerzo se obtiene lo que se desea. Tiene montones de fotos de la familia en la oficina para recordarse porque lucha con tanta pasión. Planifica con detalle las vacaciones familiares para que incluyan algo que ayude a la formación de sus hijos (algún museo, sitio histórico o paraje típico) es el que mientras maneja por carretera le va contando a los hijos lo que sabe de la región y les inculca los valores de amor patrio. Es el que reprende las conductas inadecuadas pero les dice a continuación: “te amo y sé que vas a cambiar tu comportamiento.” Es al que oyes diciendo: ¿crees que fue tu mejor esfuerzo?, ¿hiciste lo mejor que pudiste?, ¿crees que lo puede hacer mejor?, ¿sabes que eso esta mal hecho verdad?, ¿que crees tu que podemos hacer juntos para ayudar a solucionar esto?

Finalmente siempre es bueno recalcar que para estas clasificaciones de PPI aplican las mismas normas que para las madre imperfectas, puede ser que tengan una o varias, ninguna o todas, eso sencillamente es variable dependiendo de cada uno de los especimenes que tengan en casa.

Les quiero recordar que no importa cual es el tipo de Poderoso Padre Imperfecto que tengan junto a ustedes en esta linda aventura de ser Madre Imperfecta, ya que seguramente si se han embarcado juntos en este proceso tengan lo mas importante del mundo en común: el amor por ese pequeño ser en formación que les llama Mamá y Papá.

20 de abril de 2011

Los PPI (Poderosos Padres Imperfectos).


Los P.P.I son aquellos personajes que acompañan a las madres imperfectas en sus aventuras. No se dejen confundir por las siglas, un P.P.I no es un Pendejo Pidiendo Instrucciones (o a veces si), son los Poderosos Padres Imperfectos.

Entonces así como cada súper héroe tiene a un compañero segundón, pocas veces apreciado, pero vital para el desarrollo de la historia, y con habilidades que complementan a nuestra protagonista, el padre imperfecto es a la madre imperfecta lo que Robin es a Batman, salvando las enormes distancias.

Los Poderosos Padres Imperfectos, no son lo que eran antes, para nada, mucho ha cambiado la visión y el papel del hombre en la crianza de sus hijos. Los padres de antes eran vistos exclusivamente como proveedores, y por regla general se destacaban en la evasión de las demostraciones de afecto hacia los hijos, eran más temidos que respetados, amados por sus hijos, pero profundamente lejanos.

¿El resultado?  Que esos hijos criados por padres imperfectos, crecieron y resultaron en Poderosos Padres imperfectos, que se involucran al máximo con la crianza de sus hijos, que cambian pañales, dan teteros, sacan gases, se desvelan con la madre imperfecta cuando están enfermos sus tesoros, van a las reuniones del colegio, forman parte de las comunidades educativas, se sientan a compartir un programa de TV con sus hijos, un juguete, un juego, les cocinan sus comidas favoritas y además de esos se preocupan hondamente por demostrarles que un abrazo no los hace menos hombres, mientras les leen el cuento de las buenas noches o les cantan una canción de cuna, se portan como una “madre” sin dejar de ser padres.

Los Poderosos Padres Imperfectos, son los relegados de las historias de maternidad, son los protagonistas en las sombras, son los segundones, los compañeros silentes de las flamantes protagonistas de esta y de otras historias, son los pilares de soporte de muchas madres imperfectas, y por esta misma razón vaya mi reconocimiento, ojala que a través de este escrito mas de uno se reivindique, sea reconocido y mas de una madre imperfecta se voltee y se percate de algo que había dado por sentado, el maravilloso esposo que tiene que además es un súper Poderoso Padre Imperfecto.

Mi esposo siempre fue uno de esos padres que les hablaba a la barriga llena de estrías que yo portaba, le compraba música (Beethoven, Mozart, Vivaldi), me hacia masajes en la barriga para acariciar a sus hijos, les hablaba, les contaba cosas de su día a día y de los planes que el imaginaba para ellos, les cantaba, y los instaba a patear la mano de papá (claro y yo sufriendo en el medio)

Cuando mi hijo mayor nació no sabíamos nada, ni el ni yo, pero teníamos enormes ganas de aprender, y ningún miedo de asumir el reto de hacer de nuestro hijo un hombre de bien, yo asumí que el nexo entre madres e hijos viene dado como natural, por otro lado mi esposo asumió con total normalidad el hecho de que el se tenía que construir su nexo con el bebe, y en eso se puso desde el mismo momento en el que lo sintió por primera vez en mi vientre.

Aprendió a cambiar pañales, llegaba del trabajo corriendo a bañar el solo a su bebe, se paraba de madrugada conmigo a alimentarlo, a sacarle los gases a confortarlo y cantarle en caso de que se sintiera mal, de hecho mi hijo mayor no se dormía sin su papá, la única forma de hacerlo dormir era cargado por su papá, quien se mecía de pie cantándole canciones de cuna, y cuando lo ponía en la cunita tenia que quitarse la camisa, para dejarla en la cuna del bebe.

Mi marido recita sin problema el peso, talla, y medidas de cada uno de sus hijos en cada mes de vida, y se ponía extremadamente presumido con los compañeros de trabajo cada vez que llegábamos de las visitas al pediatra porque sus hijos siempre estaban por encima de la media en peso, talla, tamaño y desarrollo físico y psicológico, exhibía los buches de sus hijos en los hombros de las camisas cual general que exhibe los soles en sus charreteras. No temió jamás sentarse a jugar en el piso con sus juguetes, enseñarlos a gatear (GATEANDO EL MISMO POR TODA LA SALA), pintar con las manos, hacer figuras de plastilina con ellos, hacerlos reír en el medio del consultorio cuando les ponían las vacunas haciendo payasadas delante del medico la enfermera y los demás papas de la sala de espera, probar los medicamentos antes que sus hijos a ver si sabían muy mal (a GUACALA como él les decía), en fin ser su ídolo y amarlos de la manera mas honesta y pura que el conociera.

Miles de veces  aquel hombretón de un metro ochenta y siete (1.87 mts) con ciento veinte kilos (1,20 Kgs) de peso se ponía al mismo nivel de las criaturitas con las que jugaba y montones de veces los pesque dormidos, los niños felices y rendidos acurrucados bajo el brazo de su papá absolutamente protegidos, cual pollitos debajo del ala de la gallina (por eso a veces le digo a mi esposo que es la perfecta mamá gallina).

De unas de esas veces, hay una anécdota que jamás va a borrarse de mi memoria, el mayor de mis hijos era un bebe de pecho todavía, estaba yo tomando un baño antes de darle de mamar, y el estaba acostado con su papá en la cama, cuando sintió hambre se agarro la tetilla del pecho desnudo de mi esposo (quien siempre ha detestado dormir con ropa de la cintura hacia arriba), se pego y trato de que su Poderoso Padre Imperfecto lo amamantará, estaba tan acostumbrado al olor de su papá, que pensó que el también podría darle de comer, mi esposo con los ojos aguados (el dice que del dolor que produce la succión del bebe) no se atrevió a moverse y así los encontré al uno llorando y al otro tratando que le diera de comer aquel olor tan cercano.

Esa misma noche mi esposo absolutamente tocado por aquel acontecimiento me confesó que en ese preciso instante me tuvo envidia, que el habría querido poder darle de comer al durmiente angelito. Así son los Poderosos Padres Imperfectos, están cerca de sus hijos de una forma que ni ellos mismos comprenden, se han alejado tanto de la imagen de padre que les dieron a ellos que se hallan en mitad del camino entre la perfección y la confusión, viven constantemente cuestionándose y justo allí, creo yo, reside su poder.

Cuando el mayor de mis hijos comenzó la escuela su papá lo entregó en las puertas del colegio conmigo y si bien yo lloré a moco tendido, el también tenía los ojos aguados,  pidió el día en el trabajo, contó las interminables cuatro y medía horas (4 ½) que pasó el nene en su colegio y  fue a buscarlo, cuando se lo entregaron en la puerta parecía que al nene lo habían abducido marcianitos, porque el papá no paraba de abrazarlo y revisarlo, le preguntó las mismas cosas mil veces y el niño feliz nos contaba como le había ido, mientras estábamos los dos con los ojos aguados, aunque para ser sincera no se quien se sentía mas conmovido si el o yo…

Los Poderosos Padres Imperfectos son de esos padres que aman ver una y otra y otra vez las fotos de sus hijos de bebes, que se sienten conmovidos cuando al llegar sus hijos salen corriendo a abrazarlo y le gritan de emoción al verlo, que ama complacerlos en todo lo que puede, pero no teme reprenderlos y hablarles de las responsabilidades de ser un hombre de verdad, que se sienta con ellos a ver la misma película por milésima vez y se ríe como si fuera la primera, es el tipo de padre que ama acostarlos a dormir, rezar con ellos y chequearlos al dormir solo por el mero placer de verlos dormidos, es el papá que llora cuando sus hijos lloran y ríe si ellos están felices.

Mis hermanas en determinados momentos decían que mis hijos tenían una mamá y una MAMOTA (refiriéndose a su papá), porque parecía una madre, en el sentido de los mimos, los cariños, los cuidados, las atenciones, de las miles de veces que mis hijos se han golpeado, caído, lastimado o sentido mal, mas de la mitad de las veces lo que sale de sus boquitas es: PAPÁ, en vez del característico Mamá. 

Digo esto último con muchísimo orgullo porque eso quiere decir que no solamente se sienten seguros conmigo, sino que se sienten protegidos, confortados y a salvo con su Poderoso Padre Imperfecto, ese que los ama como nadie más podría y al que no le importa que se lo reconozcan por escrito  o no, al que le da lo mismo lo que piensen los demás cuando les hace payasadas a sus hijos para sacarles una sonrisa, al que le resbala lo que digan los machistas Padres Imperfectos de la familia a cerca de la crianza de los hijos, ese mismo que es capaz de llorar si alguno de sus dos pequeños príncipes se siente mal y lo tienen que inyectar para hacerlo mejorar, pero les pone la mejor de las caras para que les duela un poco menos, que es incapaz de permanecer bravo con ellos si le hacen alguna payasada pero los reprende igual, que siente que cada día puede ser mejor ejemplo y padre y en eso trabaja y para el que finalmente la mayor recompensa radica en la sonrisa y la ilusión en los ojos de sus hijos cuando pronuncian su palabra favorita…PAPÁ.

16 de abril de 2011

Aqui vamos otra vez. 2da temporada

Toda madre imperfecta que se respete hace pausas, hasta de las cosas que más le gustan (un buen ejemplo es este blog).
En mi caso particular, preferí distanciarme para madurar ciertos capítulos, no queriendo decir esto que he dejado de escribir, muy por el contrario he madurado ciertas ideas, desechado algunas que no me terminaron de cuajar como esperaba y sobre todo he adquirido nuevas experiencias.
En esta segunda etapa, nueva temporada, segundo libro, siguiente nivel, llamenlo como quieran, decidí no solo escribir de las cosas que me cuentan, que he vivido, sino tambien de cosas que veo constantemente en los métodos de crianza de algunas madres, y hasta algunas cosas divertidas que veo en la calle.
Decidí igualmente pedirles que me escriban ustedes a mi, es decir que comenten y sugieran cosas que quieren que exploremos juntos, porque como lo he dicho una y mil veces somos seres en proceso de creación y RE-creación constante, así que se vale proponer temas, se vale contar experiencias, porque al final esto aunque comenzó siendo algo solo para mi, es algo de todos ahora.
Mi primera entrega de esta segunda temporada será sobre los otros protagónistas de esta historia LOS PODEROSOS PADRES IMPERFECTOS, así que desde ya les invito a que me hagan llegar sus comentarios y sus sugerencias, para nutrir lo ya escrito.
Besos Venenosos a todos.
Gracias por continuar aqui!
La más imperfecta madre de todas
Els@

31 de mayo de 2010

Madres imperfectas, hijos perfectos… O cómo realizarse mediante los hijos.

Una madre imperfecta siempre tiene derecho a sentir que le faltan cosas por realizar, en esa búsqueda de la perfección en medio de las imperfecciones está el ser mismo, la quinta esencia de ser madre imperfecta. De lo que no tiene derecho es de querer realizarse en sus hijos.

Hay miles de tipos de madres imperfectas que tienen a su vez la capacidad de aglutinar una serie de pendientes que considera hereditarios a sus hijos y que estos tienen que realizar para que ella se sienta realizada, sin importar si quieren o no.

En este post del día de hoy vamos a hacer una lista de cuáles son los típicos tipos de madres imperfectas y sus metas sin alcanzar (como las habilidades por desbloquear de un video juego) y las pruebas a las que someten a sus hijos e hijas para realizarse a través de ellos.

1) La deportista frustrada (correneitor imperfectus): es aquella que tiene en su pared montones de medallas de cuarto y quinto lugar, trofeos de gracias por participar y un sin fin de diplomas de maratones (en los que se quedó sin aire) terminados a duras penas, y con la consecuencia de dos semanas en cama sin poder mover las piernas de la inflamación, callos y ampollas en los pies. Las fotos con los ganadores mirando la medalla del primer lugar con rabia disimulada con una sonrisita de medio lado son un clásico en sus paredes. Su lema: “el segundo lugar es el primer lugar de los perdedores”. Como reconocerla: es aquella madre imperfecta que inscribe a su hij@ en cualquier competencia deportiva del colegio sin importar que sea “Mortal Kombat con espadas Samurai” y su hij@ tenga 4 añitos. Es a la que oyes diciendo: “tu puedes con ese muchachit@... Que mida diez (10) centímetros más que tu, que pese quince (15) kilos más que tu y que te lleve cuatro (4) años de diferencia no es nada” ¡mientras empuja a la pobre victima a darse los karatazos de rigor!. También se la reconoce por los gritos histéricos que pega en la carrera de las verbenas del colegio, o frases por el estilo de “cuando te dicen que lo importante es competir, no ganar, te están insultando, déjame decirte hij@ que es mentira…El mundo es de los ganadores, esa frase es para que los perdedores no se sientan tan mal”.

2) Artista frustrada (brochagordus imperfectus): es aquella que siempre quiso pintar, cantar, bailar y recitar profesionalmente, ser artista pues! La fama y la fortuna no esperaron por ella, pero sus hijos tienen todo su potencial mas la mejor manager del mundo…¡ELLA! Sus paredes están llenas de sus propios cuadros, cosas terribles que agobian a las visitas, cerámicas torcidas que luchan en contra de la gravedad, fotos de competencia de baile en donde la infeliz pareja tiene cara de diarrea (por la cantidad de pisotones recibidos) y miles de discos compactos de KARAOKE para animar las fiestas que dé en su “hogar artístico”. Su lema: “Nadie sabe apreciar el talento en cuanto lo ve, nadie es profeta en su tierra, en el arte cualquier cosa es válida y si no te reconocen es por envidia”. Como reconocerla: se vale de cualquier pretexto para poner a sus hij@s a cantar en las fiestas y terminar con un emotivo dúo (con ella claro está) de “amor eterno” o cualquier lagrimosa melodramática y pavosa canción, inscribe a la pobre victima en cualquier concurso de talentos del colegio, la lleva a castings, la inscribe en cualquier concurso que tenga las palabras MINI y Venezuela en el nombre, la obliga a aprender coreografías de moda, las canciones en inglés machucado, la lleva a tomar clases de pintura y cerámica los sábados y los domingos la mete en clases de música, si es niña la lleva a agencias de modelos a tomar clases de pasarela y maquillaje profesional, foto poses y esas cosas. Es la que oyes diciendo: “cuando veas venir al jurado te pones la sonrisa con la que le pides los permisos a tu papá, agarras la mano de la carajita que tengas al lado y le das un besito le deseas buena suerte y ¡que te vean!, con eso al menos te dan el miss simpatía” “mi hijo canta de todo y baila, es muy desenvuelto y no tiene pena” “Ese casting estaba arreglado, ¿viste que ni hizo la cola, que no lleno la planilla y que la saludaban por su nombre?, seguro que es hij@ del dueño de la compañía o la mamá se está acostando con el seleccionador”, ¡todo esto dicho a voz de cuello a su hijo de año y medio que fue a hacer el casting de pañales!

3) Culta imperfecta (sabiondus imperfectus): Es aquella mamá que tiene montones de libros en casa, sobre todos los temas, todos los autores y montones de enciclopedias sobre todos los tópicos, quiere saber todo de todo, porque fue pésima estudiante, se llevo mil materias a reparación, su cultura general es poco basta y no conoce la ortografía básica (viva el WORD) y redactar es un reto que no supera, ni hablar de estilo al escribir (eso es otro nivel, el Koopa de Mario Bross pues), pero quiere que su hij@ sea el mejor del salón. Su lema: “jamás digas no sé, invéntate algo”, Como reconocerla: porque siempre está hablando de los logros de su hij@ en lo académico, de cómo la estimulación pre y post natal desarrolla el intelecto, de cómo habló, caminó y dejó los pañales primero que los demás, es aquella que inscribe al hijo en las olimpiadas matemáticas, de deletreo, de ciencias, de lectura, de historia y geografía, que lo obliga a ver ¿Quién quiere ser millonario? Y le dice si estuviéramos allí ya seríamos millonarios ¿verdad?. Es a la que oyes diciendo: “mi hij@ es el/la primer@ de su salón, lee mejor que todos, comprende ochenta por ciento (80%) de lo que lee y apenas tiene 5 años, escribe perfecto, no tiene errores ortográficos, no se pela un programa de National Geographic, Discovery Healt, Animal Planet, y está viendo uno de Stephen Haukings sobre el Universo, solo tiene juguetes educativos, es experto en dinosaurios y tiene muchas ansias de aprender, será médico, ingenier@, abogad@ o cientific@ cuando crezca.”

4) Nutricionista Imperfecta (glotonus imperfectus): es aquella señora de formas redondeadas en cuya casa hay montones de aparatos de ejercicios, vive en constante dieta, contando calorías, caminando por las tardes con pantaloncitos ajustados, fajas de sudor y una botellita de agua en la mano, también ve programas de autoayuda para afrontar sus debilidades con la comida. Es experta en ampollas, masajes, tratamientos, fajas, operaciones y medicamentos todos para la celulitis, rebajar y reafirmar. Tiene a la mano siempre algunas gotas de Bach, frutos secos y un chocolate con una bolsa de papitas escondido en la cartera, su pequeñ@ hij@ se ve sometido a un sin fin de recriminaciones por el único crimen de ser niño y comer chucherías, preferir mil veces papas fritas al suculento brócoli sancochado, y no querer comer carne de soya. Su lema: “Mac Donals es una porquería, la grasa de la comida se te meterá en las arterías y te va a dar un ataque al corazón antes de los 4 años”, “comer sano es vivir bien” (pero pásame la bolsa de las papitas fritas), “yo ya soy una vieja lo que coma igual me va a matar pero tú te tienes que cuidar ahora que eres joven, porque si no cuando tengas mi edad estarás muerto”. Como reconocerla: es la que en las piñatas pregunta si los pasapalos son fritos o al horno, la que pregunta si la torta es low fat y si la gelatina está hecha con Sweet and Low. La que mira mal al hijo cuando mete la mano en la bandeja de los tequeños, pero los mete “sin que nadie la vea” en la cartera para atapusarselos a solas, la que mete al chamo en un Baby Gym “porque el papá es obeso y eso es genético” la que en el supermercado lleva todo hidropónico. Es a la que oyes diciendo: “mi hij@ prefiere mil veces comer frutas a chocolates, ya no toma leche solo de soya, no come carne solo pollo sin piel ni grasa, no toma refrescos, solo jugos naturales sin azúcar, no come frituras, toma montones de suplementos vitamínicos, es el primero en aprender los ejercicios del baby gym y los hace en casa…Pero sigue como gordito”

5) Perfecta Imperfecta: es aquella que aparenta ser feliz, y tener una existencia perfecta, en donde cualquier imperfección totalmente normal es una afrenta directa. Tiene que ser la mejor ama de casa, la más amorosa madre, la más eficiente esposa, la más querida anfitriona, es la que organiza los grupos de estudio en el colegio, la que hace las meriendas en su casa, la que da las mejores fiestas de cumpleaños para su hij@, la que manda todos los diciembres la foto familiar más bella vestidos todos de rojo y verde sonriendo abrazados, la que es la madre estrella, una madre de cuentos de hadas… Una ilusión, una apariencia… Todas las madres imperfecta soñamos con ser está señora, que se mata dos horas al día arreglándose en las mañanas parándose a las 4 de la madrugada, para bañarse, secarse el pelo, hacerse el maquillaje, hacer el desayuno, arreglar a los niños, al marido, recoger la cocina antes de salir para dejar a los niños en el colegio y que aparenta que se acaba de levantar, que apenas se lavo la cara, que se puso lo primero que consiguió, que a los niños apenas si los arreglo, que la merienda en la lonchera es una pequeñez (un lunch de panini de parmesano y orégano –hecho en casa, por ella- relleno de queso crema con lonchas de pavo horneado –obvio ¿por quién más?- con un jugo de naranjas y zanahorias recién hecho, un cup cake de vainilla con frostyn de nutella y nueces). Su lema: “primero muerta que sencilla” Como reconocerla: es esa por la que sentimos secreta envidia. Que obliga a los hijos a ser igual de perfectos, bien educados, excelentes estudiantes, con perfectos modales, a ayudar en las tareas de la casa, a ser obedientes, ¡a ser perfectos!, aunque en el proceso sacrifiquen su niñez. Es a la que oyes diciendo: “¿diste las gracias?, ¿lo pediste por favor? (y si, el muchachito o muchachita lo ha dicho mil veces). Párate del piso que te ensucias la ropa y luego pareces un recoge latas. La tarea tiene que quedar perfecta, si no es así la harás hasta que quede perfecta. Debes ordenar perfectamente tu cuarto. No hagas eso, ¿qué va a decir la gente que te enseño en casa? ¿Quieres agua? ¡Pídemelo en inglés!”

Como se han podido dar cuenta hay muchos tipos de madres imperfectas, cada una de estas tiene sub-divisiones, sin embargo he aquí a las cinco más emblemáticas.

Si en todo caso le sucede que se da el proceso de identificación con una o varias, con ninguna o con todas, plantéese lo mismo que me he planteado yo cuando me di cuenta de que de todas tengo un poco (más de unas que de otras): es verdad de esta tengo, de esta también, y de esta, pero ¿qué puedo hacer yo para asumir mis imperfecciones y no para realizarlas en mis hijos?, he aquí el dilema!

Yo a partir de este momento pretendo vivir a plenitud mis imperfecciones y dejar a mis hijos en paz, que adquieran las suyas, y es mas creo que hasta se las voy a celebrar.

Al final crearé un sexto tipo de madre imperfecta, aquella a la que no le importen sus imperfecciones porque sabe que son el camino para siempre mejorar, la que coma papas fritas y no haga dietas, pero no deje de comprar brócoli ni hidropónicos en el supermercado, la que sea feliz sin aparentar asumiendo que si da trabajo verse perfecta cada mañana pero no deje de hacerlo, la que vea los programas de cultura general con sus chamos y cambie ese “nunca digas no sé” por un “en este momento no lo sé, pero lo investigaré y lo sabré” pero no para los demás, sino para ellos mismos, la que cante con ellos en el karaoke si ellos quieren cantar por el simple hecho de compartir algo y reírnos del inglés machucado, la que los lleve al karate, la natación o lo que sea, si y solo si ellos de verdad lo quieren.

Eso sí, donde me los pongan a pelear con el mastodóntico ese de los diez (10) centímetros más, quince (15) kilos más y cuatro (4) años de diferencia yo misma me meto en la pelea y lo saco agarrado del cinturón! ¡Porque con mi bebe nadie se mete!… ¿Será que ese es otro tipo de madre imperfecta?

27 de abril de 2010

¡Cuuuuuuumpleaños feeeeeeeeliz te deseamos a tiiiiiii….O como sobrevivir a los diversos eventos que trae consigo ser madre imperfecta…. Quinta parte

Para mi amiga Amelia, la good morning de Rubén y mi directora favorita de todas las que tendré.

Cuarto complemento del servipack de entrenamiento de toda madre imperfecta, los cumpleaños (desde el 1er año hasta el 5to) incluidos los del colegio, por tanto en este capitulo tratare de describir la experiencia que supone el celebrarle a mi hijo mayor (que en todo caso es con el que una se estrena) los cumpleaños en su amado colegio…
Si bien, ya habíamos descrito brevemente (en capítulos pasados) como es la relación de acercamiento al colegio, tengo que aclarar que en principio da temor enfrentarse a la directora (si, aquella que muy amablemente nos dijo que éramos unas sobre protectoras terribles, y que nos termino de encasquetar el mote de MAMÁ DE…), esa amable licenciada en educación, no, perdón es profesora (“porque yo soy graduada del pedagógico y es un punto de honor que nos llamen profesor, no licenciado”) que se encuentra sentada en su oficina, siempre ocupada y que te atiende siempre con una sonrisa en la cara (menos mal), a la que le explicas la situación y quien de regreso te explica las normas del colegio para estas celebraciones:
-“las fiestas de cumpleaños se realizan solamente los días viernes, no debes traer mas que la torta y unos refrescos, no se mandan invitaciones, no se puede tomar mas que la hora del recreo, no puede asistir toda la familia, no se deben traer serpentinas ni nada que ensucie el salón, la decoración no es necesaria, si va a traer cotillones debe identificarlos, solicite a la maestra la lista de niños” y seguramente alguna otra que por los mismos nervios de ese día no recuerdo.
Con estos mandamientos regresa una a la casa, pensando que no puede ser tan difícil, porque ya ha llegado el nene con dos o tres cotillones a la casa de compañeritos cuyas madres se han lanzado a la misma aventura y han vivido para contarlo, además esta el aliciente del orgulloso padre imperfecto, que remata: “¿que prefieres eso o los veinte carajitos brincando en el parque, con los respectivos papás y mamás?, yo creo que en el colegio es más sencillo”.
Lo que nadie jamás te dice, para variar, es la cosa no es ni tan fácil, porque obviamente debes hacer una reunión en tu casa el día del cumpleaños del niño, mas la del colegio (en mi caso la del colegio fue el viernes y la de la casa el sábado).
Por fin entre a los prolegómenos de la organización del magno evento escolar, mi hijo había comentado con los amiguitos lo del cumpleaños y había dicho: “va a ser el mejor cumpleaños del mundo”, y ¿con que corazón una madre, por imperfecta que sea, defrauda a su hijito?, así que me fui compre los fulanos cotillones, lista en mano, mas tres cotillones de emergencia, para mi sobrino que no estudia en el mismo colegio, para el hermanito menor del homenajeado quien al ser menor que el no disfrutaría de la fiesta en el colegio y un tercer cotillón de emergencias, porque como recordarán nosotras las madres imperfectas somos los sujetos de pruebas favoritos del universo.
Arme mis cotillones, los identifiqué, hice no una, sino dos tortas con el mismo motivo de los cotillones (me encanta la repostería y prefiero mil veces hacerle yo su torta a mis hijos a su gusto que gastarme un dineral en una torta de la calle por muy buenas que sean), compre unos refrescos, arme un par de juegos para que el compartiera con sus compañeros, y finalmente tomé las fotos del cumpleañero con sus tortas, escogió el mismo cual era la elegida para llevar al colegio, y dejamos todo armado para el día siguiente.
Amaneció de cumpleaños, le hice su desayuno favorito, se vistió como quiso (era su cumpleaños y los viernes son permisivos en el colegio, gracias a Dios), lo llevó al colegio su papá y yo me quedé ultimando los detalles para irme poco antes del recreo y armar todo, me arregle, agarre la perolera y me fui volando a darle el mejor cumpleaños que una madre imperfecta puede darle a su querubín.
Llegue al colegio (en donde la directora muy amable, me ayudo con todo y superviso todo), la maestra me recibió con aquellas criaturas sentaditas en sus mesitas de trabajo, con ojos expectantes (yo me sentía en la propia jaula de los leones), hicimos los juegos, picamos la torta, cantamos, y se entregaron los cotillones, todo en una hora. Al final dí las gracias a la maestra y a la directora, (gracias profesora) recogí mis peroles y a mi bebe (ya no tan bebe, estaba celebrando su cuarto cumpleaños y el primero en edad escolar), y me regrese a casa pensando en todo lo que uno puede hacer en una hora.
El balance era positivo y para nada traumático, muchas mamás me agradecieron el haber compartido con sus hijos el cumpleaños del mío, y me sentí feliz.
Pasado un año (y obviamente un año escolar nuevo), mi hijo pidió celebrar su quinto cumpleaños nuevamente con sus amigos en su colegio, yo para mis adentros me alegré, porque ya había pasado por eso, y los miedos que tenía al principio habían desaparecido, la directora era ya mas cercana (hoy en día puedo decir orgullosa que la considero mi amiga. Incluso mas allá de su rol de directora, me ha enseñado mucho, cosa que agradezco infinitamente, y que jamás en la vida tendré como pagarle), y con una llamada de teléfono quedó todo pautado para el siguiente Viernes.
Igual que el año anterior, compre todo, identifique todo, pedí mi lista y ese año pude llevar a la madrina de mi hijo (mi hermana Bea, que vive en España y estaba de visita) y a mi hermana menor (que es voluntaria de Payasos de hospital) y que haría magia para mi hijo y sus amigos, y me dejaron incluso llevar al orgulloso padre, que tomaría todas las fotos, ese año me prestaron el pequeño y hermoso parque de recreo, me habilitaron un espacio para poner la mesa y ¡hasta pude llevar globomagia para los niños!. ¡Me sentía la reina del arroz con pollo!
Cuando llegamos los amiguitos de mi hijo pegaban gritos, ya todos me conocían, la Mamá de Rubén, (que puedo decir), y la maestra de mi hijo (una mujer extraordinaria, vertical en su proceder – como lo dice la misma directora- eficiente y ordenada) se prestó para ayudarme en todo. La maestra de mi hijo, superviso todo, mantuvo a los niños en perfecto orden, participo de los juegos, ayudo con los trucos de magia, ayudo con la colocación de la torta, ayudo a servirle refrescos a los niños entre un juego y otro, todo esto sin pedírselo y siempre muy sonriente, me sentía encantada, todo fue un éxito, pero cuando llego la hora de la torta, la maestra se me acerco y con voz muy suave pero tono de general de la armada me dijo sin dudar:
- Señora Elsa, los niños que se van a las 12 pueden comer torta los que se quedan hasta la tarde la tomaran de postre, luego del almuerzo, los cotillones los entregaremos bajo ese mismo concepto, los que se van se los pueden llevar de inmediato, los que se quedan en la tarde, los reciben al irse. Así que, si me hace el favor, me los entrega y yo mientras cantan cumpleaños los clasifico, de forma que no perdamos tiempo, ya que son mas de las 11 y el almuerzo de quienes se quedan ya está listo y no debemos retrasarlo mas.
¿Que se hace ante tal panorama?, entregar con la boca desencajada las bolsitas, y cantar cumpleaños mientras aquella diligente mujer se encargaba, tal cual me lo dijo, de todo, servir en platos diferentes la torta de los que estaban por irse (y por ello autorizados a comerla) y los que se quedaba (y debían esperar el almuerzo para tomar el postre), recoger minuciosamente todo, y salir de allí, en formación de orden cerrado, al más puro estilo de los bielorrusos, no me quedaba de otra. Así pues, después de una despedida sumamente efusiva de mi hijo hacia su maestra (la abrazo, le deseo feliz fin de semana, le dio un beso) y ella igualmente correspondió con el mismo afecto, nos montamos en el carro, y en el silencio tenso de todos (pues tanto mis hermanas, como mi esposo se dieron cuenta de mi cara de desubicada ante tal portento de mando y orden) le pregunté a mi hijo:
-¿Como la pasaste mi amor?, ¿estas satisfecho?, ¿te gusto todo?, ¿quedaste contento?
- si, mami me gustó mucho todo, gracias mami, gracias madrina, gracias tía, gracias papi, por estar conmigo, y remato la frase así: ¿viste que buena es mi maestra?
-Si mi amor, ¿te gusta mucho tu maestra?
-Si mami si me gusta, ¿sabes por que?... Por que es igualita a ti.
Y entonces entendí que como los polos opuestos se atraen, así mismo los polos iguales se repelen, aquella maestra era como yo, o yo como ella, en lo metódica, en lo ordenada, en lo vertical, y en como aplicaba el control sobre sus alumnos buscando lo mejor de ellos en cada situación, tanto como lo hacia yo con mi hijo, por eso me había incomodado la fuerza con la que me habló, pero a la vez comencé a sentir simpatía aquella mujer, le daba confianza y respeto a mi hijo, tanto que con cinco años ya estaba leyendo y se sentía seguro bajo su cuidado, ese fue el mejor regalo de cumpleaños que le podía dar su maestra, y haberla escogido el mejor regalo que le podía dar su directora (su teacher querida como el dice) y yo estaba agradecida.